La acción
Las personas asistentes piden una imagen o hablan de un concepto.
Tras haber escuchado ocurre la visión interna de la imagen en la funambulista y será ejecutada
por ella. La funambulista con los ojos vendados la proyecta en el papel o sobre otra superficie
distinta.
Sólo cuando los espectadores y la funambulista sobre papel llegan a interactuar en la acción
ocurre algo, tal vez al final del encuentro, el diálogo, el intercambio, un entendimiento, una
acción, que da como el resultado el encuentro interpersonal, y habrá una obra.
Interacción entre el espectador y el artista
Cada participante se convierte en un elemento de la obra y es parte del resultado del
encuentro. Uno da la idea y otro, con los ojos vendados, lleva esta idea al papel sin poder
controlarlo. El resultado posteriormente no será alterado ni retocado. Por lo tanto esto será el
testigo grato del intercambio de expresión y forma.
La acción recuerda, un poco, a una situación de circo ambulante, donde se exhibían seres
raros o extraños que daban miedo, que sorprendían, que daban risa. De aquella manera uno se
podía distanciar de esas rarezas las cuales, sin embargo, son parte de la vida, lo que muestran;
cosas lejanas. Surgidas de otros mundos o submundos, que parecen mágicas pero están.
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